EMPRENDEDOR DE SUEÑOS

Los emprendedores saben la importancia de los sueños. Tienen claro que son el combustible del espíritu. Un emprendedor no concibe vivir sin soñar y siempre tiene a mano uno nuevo para no dejar de crecer.
Los sueños del emprendedor no son comunes sino que pertenecen a la categoría de los que se creen con la capacidad de cambiar varios mundos al unísono: el mundo personal, el mundo de familiar, y el mundo en general.
Y aunque para algunos esos sueños pueden resultar utópicos, la realidad es que son bien posibles por una simple razón: El mundo ha sido, es y será siempre moldeado por aquellos que tienen el coraje de creer en sí mismos. Los que confían en sus sueños tienen la perseverancia, la paciencia, la tozudez y la fuerza necesaria para ir por ellos y hacerlos realidad.
El emprendedor/soñador nunca saca los pies del suelo, pero jamás deja de mirar hacia el cielo. Va dando pasos firmes escalando hacia la meta.
Los emprendedores tenemos ganas de cambiar nuestro mundo, de hacer realidad todo lo que nos propusimos. Vamos por ellos, teniendo presente la sabiduría de William Faulkner: “La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen”
El sueño de muchas personas es emprender y alcanzar a materializar un proyecto profesional. Y si además se puede ganar dinero, mejor. El enriquecimiento personal vendrá una vez hemos conseguido comportarnos como personas libres y autónomas, tomando decisiones y aceptando los resultados y consecuencias de éstas. No hablamos de dinero, sino de sentirse feliz, de proporcionarse asimismo alegrías y de sentirse útil y aprovechado en el entorno laboral. Pero lo hermoso de ser emprendedor es que la riqueza material también aparece y se deja ver, proporcionando unas rentas que son mayores que cualquier otra opción de trabajo por cuenta ajena.
Hoy más que nunca ser emprendedor es una opción de vida, de desarrollo profesional, y de crecimiento personal. Nunca antes había tan pocas opciones a no emprender un proyecto propio. El trabajo hay que inventarlo y hay que aprovechar el talento personal de cada uno de nosotros para moldear un proyecto propio. No importa si se triunfa al primer intento porque lo que está en juego es la vida entera del ser humano desde el punto de vista de la felicidad y progreso personal. La propia toma de decisiones de forma continua nos llevará a acertar en el proyecto profesional.
Estamos construyendo las bases de una sociedad mejor, adaptándonos a una nueva realidad de un mercado más global y donde la tecnología es pieza esencial de las relaciones entre personas y empresas. Y en este nuevo entorno, el talento personal tiene que tener su aplicación directa en forma de nuevas formas de hacer las cosas. Los emprendedores son los que aportan esta iniciativa e ilusión de una sociedad futura mejor.